Este 2020 no ha sido fácil para nadie. La población mundial ha debido enfrentar importantes retos como una enfermedad desconocida y potencialmente mortal, el confinamiento, la pérdida de puestos de trabajo, el aumento de las presiones laborales y familiares, entre otros. Hoy muchos están experimentando sensaciones de ahogo, dificultad para dormir o que la vida les está “pasando por encima”, sobre todo cuando el año está terminando. Si en 2017 un estudio realizado por la Fundación Chile señalaba que el 42% de la población se declaraba “altamente estresada”, actualmente estos índices han aumentado considerablemente.
Es así como a estas alturas tener energía parece ser una tarea titánica. Y no es extraño escuchar que alguien está consumiendo algún medicamento para “estar más relajado” o “mantenerme despierta”, porque a algún amigo de la oficina le funcionó o lo buscaron en Google. “Esto es un comportamiento tremendamente irresponsable, automedicarse puede ser aún más peligroso que esas recetas esporádicas”, señala Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada.
“Con lo que estamos viviendo, es difícil controlar el estrés o mantenerse con energías. Sin embargo, hay ciertas vitaminas que pueden ser de gran ayuda en esta época, aunque su consumo dependerá del género, la edad y los hábitos físicos y alimenticios de una persona, ya que el sobreconsumo también puede traer complicaciones al organismo”, detalla.
Molina consigna que gran parte de las vitaminas y minerales esenciales para un buen funcionamiento del organismo están presentes en frutas y verduras, aunque el consumo de éstas presenta niveles preocupantes. De hecho, la última Encuesta Nacional de Salud mostró que sólo un 15% de la población consume diariamente cinco porciones de éstas al día, mientras que la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario, realizada por el MINSAL y la U. de Chile, indicó que el 95% de la población no cumple con una alimentación saludable.
Ahora, entre las vitaminas que más se destacan para estos fines está la vitamina D, que ayuda a la buena absorción del calcio a nivel intestinal y la producción de energía, “lo que permite recuperarnos más fácilmente de los esfuerzos físicos, y cuyo déficit estaría vinculado también con la depresión”, explica Molina.
También, la vitamina C entrega importantes beneficios como el reforzamiento del sistema inmune y tiene un gran impacto en los niveles de energía del cuerpo. “Esta vitamina es un poderoso antioxidante, que no sólo reforzará el sistema inmune, sino que también ayudará a manejar la fatiga”, recalca la facultativa.
Asimismo, las vitaminas del complejo B son las responsables de entregar energía a nivel celular, por lo que serían claves a la hora de combatir el cansancio y estrés de fin de año. Sin embargo, Molina señala que “en este sentido, aquellos con una dieta vegetariana o vegana son las personas más propensas a su déficit, por lo que deben complementar con suplementos de éstas su alimentación”.
Por su parte, el triptófano es un aminoácido que ayudaría a entregarnos más energía. “Favorece producción de melatonina, serotonina y vitamina B6, lo que ayuda a mejorar el estado de ánimo, la calidad del sueño y aumenta la energía”, indica la farmacéutica, además de otros minerales como el magnesio y el calcio, que aumentarían el rendimiento físico.
No obstante, debemos tener aún más cuidado cuando las sustancias que se consumen corresponden a medicamentos utilizados para manejar síntomas del estrés, como los ansiolíticos. Durante 2018, el Instituto de Salud Pública (ISP) alertó sobre el aumento en la venta de estos medicamentos; las estimaciones hablaban de la venta de cuatro millones de cajas, siendo el alplazolam, clonazepam y diazepán los más solicitados, posicionando a Chile como el cuarto país latinoamericano con mayor consumo de estos fármacos, luego de Venezuela, Uruguay y Argentina.
De acuerdo a la facultativa, la ingesta de cualquier sustancia –desde medicamentos, pasando por vitaminas y hasta “hierbas medicinales”- debe ser recomendada y supervisada por un especialista, ya que las intoxicaciones por medicamentos, efectos adversos o interacciones de éstos, pueden llevar a una persona a sufrir mareos, disminución de la presión arterial, problemas de visión y concentración, ocasionando eventuales fallas renales, hepáticas o cardiacas que resultarían ser fatales en algunos casos. Por esto, es importante asesorarse cuando vemos que los niveles de energía disminuyen drásticamente. “Tener una dieta balanceada, hacer ejercicio constante y dormir lo suficiente siempre será la mejor receta para combatir el cansancio de fin de año”, finaliza.