La primavera es una época en que la radiación ultravioleta (UV) suele ser alta, lo que trae
efectos importantes en la agricultura, como el daño en flores, frutos jóvenes, ojos y piel de
animales jóvenes, entre otras estructuras sensibles de plantas y animales.
Al respecto, el investigador y experto en fitotecnia de frutales menores de INIA
Quilamapu, Cristián Balbontín, señaló que “la radiación UV puede generar daños en el
tejido vegetal cuando es muy alta, aunque las plantas tienen mecanismos de respuesta y
reparación”. Explicó que ante radiación muy intensa, el daño se presenta, principalmente,
a través de quemaduras, deformación de órganos, pérdida de peso y la decoloración de
los frutos.
Por otro lado, la investigadora del Centro Nacional de Bioinsumos de INIA Quilamapu,
Lorena Barra, recalcó que la radiación afecta directamente los hongos endófitos, que son
organismos vivos que son utilizados en la agricultura sostenible para proteger diversos
cultivos, a modo de probiótico de plantas.
“En horas de mayor incidencia del sol, este
eliminará los microorganismos, haciendo estéril la aplicación y resultados de estos”,
reparó, haciendo ver la necesidad de todas las aplicaciones con estos bioinsumos se
realicen en finalizar el día.
¿Por qué la primavera es tan peligrosa?
En términos simples Raúl Orrego, experto en agrometeorología de INIA Quilamapu, indica
que “la razón de los valores altos de radiación que se registran en primavera, está
asociada a la capa de ozono, que atrapa la radiación UV, evitando que llegue a la superficie.
En esta época esta capa está particularmente delgada, en tanto que en verano,
si bien hay mucha radiación, la capa de ozono tiene una mayor capacidad de atraparla”.
El hecho de que la capa de ozono esté tan delgada no es una novedad de este año, aclaró
Orrego, ya que el llamado agujero de la capa de ozono se ha ido cerrando paulatinamente
desde 1987, momento en que el Protocolo de Montreal prohibió el uso de los
clorofluorocarbonos (CFC), gases que se encontraban presente de forma común en
diversos productos de uso diario.
“Este protocolo es uno de los grandes logros de las
políticas ambientales internacionales y constituye en sí mismo, una prueba de lo que
podemos lograr si como humanidad trabajamos en un futuro común”, recalcó Orrego.
Dado que durante la primavera hay mucha radiación ultravioleta, el investigador señaló
que es muy importante evitar exponerse al Sol entre las 11 y las 18 horas, puesto que los
rayos UV afectan de igual manera, independiente de la temperatura ambiental. Debido a
esto, recomendó que mientras se realicen actividades agrícolas bajo el Sol se debe utilizar
ropa que proteja toda la piel (en especial brazos, cuello y piernas), sombreros de ala
ancha, bloqueador solar, y lentes de sol autorizados, además de consultar plataformas
que señalen el riesgo de daño por radiación UV como por ejemplo www.indiceuv.cl.