La cirugía de hernias es la segunda intervención electiva más frecuente en Chile, después de
la de vesícula. Si bien la urgencia de los pacientes por retornar lo antes posible a la rutina ha
impulsado el desarrollo de procedimientos mínimamente invasivos que ayudan a reducir los tiempos
de recuperación y el dolor postoperatorio, las hernias lumbares originadas en la actividad deportiva
están siendo cada vez más comunes entre la población chilena y están incidiendo directamente en la
propensión de esta dolencia durante los últimos años.
Según explicó el doctor Jaime Carrasco, cirujano general de Clínica MEDS, “las hernias son
una patología tan frecuente en nuestro país que alcanzan hasta el 10% de la población, o sea, de 100
personas una tuvo, tiene o va a tener esta dolencia. En relación a esto, la hernia puede evolucionar
de una forma bastante caprichosa. En general, siempre crece y, mientras lo hace, se pueden originar
complicaciones graves que requieren cirugía de urgencia y normalmente con un desenlace bastante
complicado”.
El facultativo agregó que “la gente que hace deporte e incluso también los deportistas de
alto rendimiento a veces evolucionan con un desbalance muscular en la zona inguinal. En esta zona,
aquella que queda debilitada, comienza a protruir y generar dolor. La hernia del deportista puede
aparecer porque hay una predisposición genética”.
En este sentido, el especialista en cirugía de hernia y pared abdominal de Clínica MEDS dijo
que “en el 85% de los pacientes que llegan a desarrollar hernias hay un factor hereditario y esos
pacientes que portan esta carga genética por algún gatillante, que en este caso podría ser un
ejercicio no bien balanceado, comienzan a desarrollar una hipertrofia muscular que aumenta la
presión y protruye a través de esta otra zona que está debilitada”.
Respecto a la propensión de padecer algún tipo de hernia producto de la actividad
deportiva, el doctor Contreras aseguró que “en los pacientes o deportistas que efectúan ejercicios
de alto rendimiento, como velocistas, salto en vallas, salto con garrocha y aquellos que tienen
además asociado micro traumas, como por ejemplo fútbol, rugby, evolucionan con dolor púbico en
esta zona y por la hipertrofia de planos musculares que están ubicados ahí, pueden llegar a producir
este dolor en relación a la hernia formada”.
El especialista añadió que “en general, se enfoca más en aquellos pacientes y deportistas
que están ubicados en la edad media de la vida. Sin embargo, en los jóvenes también se puede
producir cuando no ha habido un entrenamiento equilibrado, por lo que se desarrollan grupos
musculares y otros no. Entonces ahí es donde se produce el desbalance que finalmente llega al
desarrollo de la hernia del deportista”.
Sin embargo, el médico de Clínica MEDS hizo un llamado a no confundir la hernia con otros
tipo de dolencias habituales en el deporte. “Se puede asociar erróneamente con pubalgia, cuya
patología es una inflamación de una inserción ligamentosa en el hueso del pubis y que es difícil de
manejar. Cuando uno tiene una hernia se relaciona con el ejercicio. Al momento de efectuar la
actividad física se comienza a generar una presión aumentada dentro del abdomen y secundario a
esto produce un dolor, que incluso puede arder en la zona. A diferencia de la pubalgia, esta se
mantiene incluso cuando el paciente está en reposo y no hay relación a un esfuerzo físico previo”.
Respecto a los tratamientos que hoy se están empleando, el doctor Contreras afirmó que “la
hernia sport puede ser operada idealmente por cirugía mínimamente invasiva cuando el cirujano
experto lo determina. Dentro de esto contamos con cirugía laparoscópica y cirugía robótica”.
Agregó que “cuando la cirugía de hernia del deportista o cualquier tipo de hernia de la zona
inguinal o femoral se efectúa por vía mínimamente invasiva, la recuperación es muy rápida. Al no
producir un descalabro muscular, el paciente evoluciona con una leve inflamación, asociada a un
leve dolor o más bien molestias y la recuperación para reintegrarse a las actividades deportivas es
rápida. Idealmente, recomendamos esperar por lo menos 14 días para hacer un entrenamiento un
poco más intenso, pero también puede mantener su actividad en forma un poco más equilibrada y
pasiva para no perder el trofismo muscular”.