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Ñuble | Diguillín | Quillón - Publicado hace 113 dias

QUILLONINOS VIAJARON EN EL TIEMPO Y SE TRASLADARON A LA “PLAZA DEL 1900” EN EL DÍA DE LOS PATRIMONIOS

Cultura General QUILLONINOS VIAJARON EN EL TIEMPO Y SE TRASLADARON A LA “PLAZA DEL 1900” EN EL DÍA DE LOS PATRIMONIOS
#7650 | 26 de Mayo del 2024
Personajes de épocas pasadas, pueblos originarios, herramientas y artículos de uso eclesiástico, fueron parte de la muestra que se estableció en la plaza cívica de la comuna.

“Ha llegado carta para don Juan Luis Espinoza, de parte de la señora Rosa”, pregonaba el cartero en la plaza cívica de Quillón, mientras el vendedor de diarios gritaba titulares sin saberlos leer. “Grito las noticias, porque me las cuentan antes de salir a vender”, explicó el portavoz de la información.

Junto a ellos un cura con pinta de franciscano llama a la gente a convertirse, “por la santa madre iglesia”, acompañado por una monja, que reza el Ave María y el Padre Nuestro, casi sin parar.

Todos ellos y otros más fueron parte de la “Plaza del 1900”, una actividad que fue un verdadero viaje en el tiempo, en el marco del Día de los Patrimonios.

“Hicimos un esfuerzo para traer a nuestra época lo que se vivió en el 1900, mostrando nuestro patrimonio, a nuestros antepasados y una serie de artículos que se usaron hace ya muchos años y que quedan en el recuerdo de la gente, sobre todo de nuestras personas mayores. La idea de esto es mostrarle a los más jóvenes cómo era el Quillón de antaño, de manera de rescatar nuestra cultura y la identidad que nos ha formado hasta estos tiempos”, indicó el alcalde Miguel Peña.

Damas y caballeros de vestimenta antigua paseaban por la plaza, compartiendo el tiempo con los habitantes del siglo XXI y mostrándoles cómo era Quillón antes del internet y los teléfonos móviles.

Junto a los personajes de principios del siglo XX, diversos stands mostraban herramientas agrícolas, utensilios y artefactos desaparecidos con el paso de los años.

Un catre de bronce, radios a transistores, sierras corvinas, jabas de bebidas y tocadiscos, entre otros cientos de artículos, transportaron al pasado a asombrados quilloninos. También llamó la atención un alambique artesanal a través del cual se destiló aguardiente.

“Para nosotros el Día de los Patrimonios es la fiesta cultural y patrimonial más importante que tiene nuestro país, ya que permite garantizar el acceso a los inmuebles y el patrimonio cultural inmaterial de toda la ciudadanía; garantizar que puedan visitar las dependencias, tanto de organizaciones públicas como privadas, museos, archivos, bibliotecas, servicios públicos; de forma gratuita y haciendo parte la identidad propia de cada comuna y región de nuestro país, a la ciudadanía”, explicó Melissa Barriga, directora regional (s) del Servicio del Patrimonio.

ZAPATERO: UN OFICIO QUE SE NIEGA A MORIR

Una improvisada galería fotográfica permitió a los asistente reconocer familiares, amigos e incluso camaradas Bomberos. “Es importante recordar autoridades y actos en los que uno ha estado; y gente que ya no está con nosotros. Estaba viendo fotos de socios fundadores de Bomberos de Quillón, lo que es importante para nosotros como voluntarios; ver que nos toman en cuenta como parte del patrimonio”, manifestó César Martínez”.

Por su parte, Floriza Sobarzo se alegró al ver imágenes audiovisuales de su esposo fallecido. “Él era el peluquero más antiguo de Quillón, falleció hace ya seis años. Todo el mundo lo conoció acá y me alegra saber que se reconozca su trabajo y lo que hizo por Quillón, ya que fue fundador de Bomberos, José Ismael Torres Torres”, rememoró.

La cultura mapuche también estuvo presente en el encuentro, con imágenes antiguas de la vida cotidiana y una muestra de la gastronomía ancestral, típica del pueblo araucano. Sus anfitriones contaron parte de la historia al público.

En una esquina de la plaza cívica de Quillón, un hombre mostraba orgulloso sus herramientas. Un molde, tachuelas, betún, cuero, tenazas y martillos, eran parte de los materiales que Jaime Hevia mostró a los visitantes, explicando su oficio de zapatero.

“Por más de 20 años me he dedicado solo a la zapatería, pero desde niño aprendí a reparar calzado. Están despareciendo los maestros zapateros, a los jóvenes ya no les interesa, porque se gana poco, pero yo lo hago porque amo hacerlo”, expresó Jaime.

La zapatería se remonta a más de 15 mil años, cuando los seres humanos necesitaron cubrir sus pies con cueros. De igual manera, debieron repararlos ante las imperfecciones, pero lo cierto es que cada año son menos los reparadores de calzado, ya sea por la falta de cultores o bien por la proliferación de los zapatos sintéticos, que tienden a ser desechables.

El viaje en el tiempo culminó con éxito, los quilloninos volvieron al siglo XXI, pero con la nostalgia a flor de piel. Y es que conocieron y reconocieron los tiempos aquéllos que los vieron nacer, a sus padres y antepasados; todas personas que cimentaron lo que hoy se conoce como el Valle del Sol.