Cuidar de la salud reproductiva va mucho más allá de realizarse el Papanicolaou anual, la mamografía o planificar la anticoncepción. En las mujeres, implica conocer aspectos clave como la reserva ovárica, mientras que en los hombres incluye evaluar el estado de los espermios. Además, entender la influencia de la genética es esencial para abordar el bienestar reproductivo de forma integral. Estos factores permiten tomar decisiones informadas, promoviendo una visión más completa y consciente de la salud y el futuro reproductivo.
Soledad Plaza de los Reyes, matrona jefe de la UMR de Clínica de la Mujer y Medicina Reproductiva en Viña del Mar, enfatiza además que “hay evidencia científica que revela que un estilo de vida saludable multiplica las posibilidades de lograr un embarazo. Entre un 10 y 12% de personas que tienen infertilidad primaria presentan sobrepeso u obesidad. En el caso de las mujeres el sobrepeso puede causar alteraciones en la maduración de los folículos del ovario, por aumento del estrés oxidativo celular”.
“Ahora, el bajo peso corporal se asocia a alteraciones de hormonas como la FSH y LH, responsables de la regulación del ciclo ovárico. En el caso de los hombres un exceso del tejido graso disminuye la calidad espermática. Se recomienda consumir alimentos naturales como frutas y verduras, disminuir la cafeína, elegir grasas no saturadas, alimentos ricos en vitaminas del complejo B,D,E, ácido fólico principalmente”, agrega.
Bajo este contexto, la experta comparte algunos hábitos cotidianos que se pueden aplicar y que ayudan a mantener una salud reproductiva óptima a lo largo del tiempo, siendo los principales:
1.-Tener una dieta saludable: Esto quiere decir encontrar un equilibrio en la ingesta de carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales.
2.- Realizar ejercicio físico de manera regular: es decir practicar algún deporte o actividad física al menos 3 veces por semana, no sólo favorece la musculatura, los huesos y permite tener un peso saludable sino que además protege contra enfermedades mentales como la ansiedad, depresión o estrés y es factor protector de enfermedades metabólicas y obesidad.
3.- Evitar el tabaco: No sólo por su alto riesgo cardiovascular sino porque en tratamiento de fertilización asistida las tasas de éxito son un 30% menores en mujeres fumadoras. Asimismo, el tabaco afecta directamente a la calidad espermática y su potencial fecundante. 4.- Controlar el estrés: es frecuente ver personas o parejas que tienen crisis de insomnio, angustia, baja líbido o estrés social en el tema de fertilidad.
Chequeos y estudios
En relación a la importancia de los chequeos regulares que pueden ayudar en la prevención de problemas reproductivos, la experta recalca que “estos son esenciales tanto en hombres como mujeres en edad reproductiva. Esto radica en el autocuidado y prevención de conductas o enfermedades que puedan constituir un factor de riesgo para la fertilidad”, enfatiza.
“La evaluación médica periódica en el ámbito de la salud sexual y reproductiva tiene un enfoque preventivo, se deben considerar exámenes generales y metabólicos, exámenes serológicos (VIH-VDRL, Hepatitis B y C, Chlamydias) , ecografía ginecológica para recuento de folículos antrales, medición de la hormona antimülleriana, y espermiograma en el caso de los varones”, agrega.
También es importante recalcar que otra forma de cuidar de tu salud reproductiva, de manera informada es a través de la evaluación de la reserva ovárica que se realiza mediante dos tipos de exámenes. Una es la observación de folículos antrales mediante una ecografía transvaginal, los cuales son unas pequeñas bolsas con líquido en el cual está suspendido un óvulo y que se realiza en los primeros días del ciclo menstrual.
La segunda es a través de un examen de sangre que mide la llamada hormona antimülleriana, secretada por los folículos antrales y, por lo tanto, su valor es reflejo de la cantidad de óvulos que contienen nuestros ovarios. Ante una baja reserva, se recomienda pedir evaluación a médico especialista, quien dependiendo de la edad de la paciente, recomendará si lo más adecuado es criopreservar o “congelar óvulos” para poder utilizarlos en un futuro y, así conseguir un embarazo.
Por otro lado, están los estudios de la pareja que los puedes realizar en Clínica de la Mujer, mediante los cuales obtienes información sobre la historia clínica de la pareja, los antecedentes más relevantes en eventuales embarazos anteriores, la presencia de patologías que pudiesen interferir con el proceso reproductivo, los hábitos y los antecedentes familiares.
Para los hombres está el espermiograma o seminograma examen que permite estudiar la muestra seminal y el test Halosperm o Test de fraccionamiento del DNA que nos permite medir la magnitud de daño en el material genético o DNA de los espermios.