Organizaciones y médicos plantearon observaciones a proyecto que despenaliza el aborto
En el marco de su discusión en general, la Comisión de Mujeres y Equidad de Género de la Cámara de Diputadas y Diputados continuó recabando opiniones respecto del proyecto de ley que modifica el Código Penal para despenalizar el aborto consentido por la mujer dentro de las primeras catorce semanas de gestación (boletín 12.038).
La Comisión, que acordó votar en general este proyecto en su próxima sesión, recibió en esta jornada a organizaciones y médicos que plantearon posturas en pro y contra de la normativa.
Desde la Red Chilena de Profesionales por el Derecho a Decidir, la ginecóloga Romina Suárez planteó que múltiples organismos internacionales han recomendado al Estado de Chile cambiar sus políticas restrictivas sobre el aborto.
Sostuvo que la penalización vulnera, entre otros, el deber de garantía y protección de los derechos humanos de las mujeres a la autonomía, igualdad; integridad y seguridad personal; a la vida, y a no ser sometido a un trato cruel, inhumano y degradante.
Igualmente, subrayó la estigmatización, el impacto y la criminalización que afecta a mujeres y trabajadores/as de la salud o la generación de eventos de violencia gineco-obstetra contra mujeres que intentan interrumpir o han interrumpido sus embarazos o la sospecha de ello.
Suárez afirmó que la disposición legal que penaliza el aborto permite y valida que, en el contexto de lo político, no haya existido la suficiente voluntad por mejorar la situación del aborto en Chile, en cuanto a la protección de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, formación de personal, recursos e infraestructura. (Ver presentación aquí)
El doctor en Biociencias, Elard Koch, del Instituto Melisa, señaló que el efecto de la restricción del aborto en 1989 no provocó un aumento de la mortalidad materna sino que al contrario.
“La mortalidad materna continuó disminuyendo hasta llegar a reducirse, en el caso del aborto, en un 96,3%. Hoy día la mortalidad por aborto en Chile es prácticamente nula y las pocas que ocurren, que son las que normalmente ocurren, se deben a abortos patológicos o embarazos complicados”, explicó.
Manifestó que hoy no existe relación entre una ley de aborto mas o menos permisiva y la reducción de las muertes maternas; y agregó que en el caso del embarazo adolescente hay un efecto importante de las estrategias de anticoncepción.
Remarcó que “ya no mueren en Chile por abortos clandestinos. Eso es un mito. Ya no es como en los años 60, 70 u 80; hoy el problema es el envejecimiento materno y las complicaciones derivadas de enfermedades crónicas”. (Accede a la exposición)
A su vez, el gineco-obstetra Jorge Becker, del Hospital de Talca y representante de la organización Médicos por la Vida, dijo que en ningún caso señalaría que no hay abortos, pero “este susto que se ha armado desde el punto de vista de salud pública, de miles de mujeres que se mueren o que les van a pasar cosas, no es la realidad”, cuestionó.
El especialista relató que en el Hospital Regional de Talca durante los últimos 12 meses tuvieron cuatro hospitalizaciones que se complicaron. “Las cuatro están vivas en sus casas. Tres de ellas eran embarazos controlados que terminaron en abortos espontáneos que se complicaron y la cuarta pensamos que, eventualmente, podría ser un aborto clandestino. No está presa, no está judicializada y pudimos tratarla muy bien para sacar adelante la patología que presentó”.
Añadió que “este proyecto despenaliza no legaliza. Entonces uno dice en qué beneficia a la mujer. ¿Es un proyecto que vaya realmente en beneficio de la mujer? Si lo despenaliza pero no lo legaliza, ¿va a haber más abortos de los llamados seguros?. Esta ley dice, si usted aborta antes de las 14 semanas no va a ser penalizado, pero lo tiene que hacer fuera de un hospital, porque no es legal”, puntualizó.
En una visión contraria, la doctora Viviana Díaz, de la organización Con las amigas y en la casa, si bien reconoció que la tasa de mortalidad por aborto es muy baja y prácticamente nula, recalcó que es una causa evitable.
“Aunque muriera una mujer o ninguna por esta causa, sigue siendo impresentable que no se hagan los esfuerzos necesarios para evitarlo”.
Enfatizó que cuando los abortos se hacen en las condiciones adecuadas tienen menos complicaciones que un parto. Mientras la mortalidad del aborto seguro es 0.2 a 2 muertes, por cada 100 mil abortos, en el parto es nueve veces mayor.
Pero, en su análisis destacó sobre mantener la penalización que, “no hay razones de salud ni epidemiológicas. Hay que querer muy poco a las mujeres para creer que deben ir a la cárcel por decidir sobre sus cuerpos y sus vidas.