Sin embargo, entre estas novedades,
también llamó la atención la implementación de funciones que se asemejan a la plataforma BeReal.
Esta última, es una aplicación muy popular que, como dice su nombre, busca mostrar la “vida real”
de sus usuarios; les envía una notificación automática con un temporizador de dos minutos, tiempo
en el que deben tomarse una selfie y, a la par, una foto con la cámara trasera del celular, para
mostrar lo que están haciendo en el momento.
De manera parecida funciona Candid Stories, la nueva función de Instagram que apunta a lo que
ofrece BeReal. Esta permite que los usuarios compartan una vez al día una selfie y foto trasera
simultánea y que solo puede ser vista por quienes elijan. Sin embargo, la gran diferencia -y que
preserva la originalidad de Instagram- es que esta función no es obligatoria para los usuarios.
Y esto no significa que Instagram quiera ser igual a BeReal, sino que reconoce que la idea es buena y
que, al tener una masa enorme de usuarios que utilizan la aplicación, imitar las buenas ideas de
otras redes sociales le funciona para mantener a sus usuarios interesados, bajo el concepto de que
“Instagram lo tiene todo”.
Lo vimos anteriormente, por ejemplo, con TikTok: el nacimiento de reels fue sin duda un acierto,
cuyo éxito perdura hasta hoy y logra, de alguna manera, desfragmentar a las aplicaciones y tener
todas las funcionalidades que los usuarios realmente ocupan en un solo lugar, facilitando el uso de
redes sociales a sus suscriptores.
Instagram es, sin duda, una red social fluctuante y cuyo futuro causa intriga por cómo seguirá
evolucionando para adquirir las funcionalidades en tendencia, las que, además, no necesariamente
encontrarán su origen en la misma aplicación. Las buenas ideas se copian, pero se adaptan a la
esencia propia, y esto es lo que la marca ha logrado instaurar con éxito.