Con la promesa de mejorar las pensiones de más de 2,8 millones de personas mayores en Chile, la reciente reforma previsional representa, según el académico José Antonio Santander, un cambio estructural en el sistema de pensiones. El director del Departamento de Derecho Económico y Laboral de la Universidad Católica de la Santísima Concepción valoró positivamente el nuevo modelo mixto que combina ahorro individual con solidaridad intergeneracional.
Entre los cambios destacados, Santander resaltó el fortalecimiento de la Pensión Garantizada Universal (PGU), que llegará a $250.000 mensuales en septiembre de 2025 para mayores de 82 años, y la creación de un Seguro Social con beneficios como la Compensación por Años Cotizados, un bono para mujeres por expectativa de vida y una prestación con rentabilidad garantizada para quienes mantengan cotizaciones regulares.
El académico también valoró la incorporación de una perspectiva de género, señalando que “las mujeres enfrentan trayectorias laborales más fragmentadas, lo que repercute directamente en pensiones más bajas”. No obstante, advirtió que el alza progresiva de cotizaciones, que partirá con un 1% en agosto de 2025 y llegará al 7%, podría impactar negativamente en el empleo formal si no se implementan políticas paralelas.
Santander citó estudios que proyectan la posible pérdida de hasta 400.000 empleos formales ante un aumento del 5% en las cotizaciones, así como un riesgo de mayor informalidad, especialmente entre mujeres y jóvenes. También destacó la necesidad de reformas laborales complementarias para asegurar la sostenibilidad del sistema, considerando factores como el envejecimiento poblacional y la reducción de la fuerza laboral activa.
Finalmente, hizo un llamado a mantener una vigilancia constante sobre los efectos reales de la reforma, afirmando que “una buena normativa no es suficiente; se deben evaluar permanentemente sus impactos en pensiones, empleo y equidad para asegurar un sistema justo y sostenible”.